jueves, 23 de octubre de 2008

2 / EVOLUCIÓN de la ahora Cubícula Locanda y la búsqueda de su vestimenta

2.1 un primer arraigo al lugar se genera cuando el emplazamiento y la orientación que las coordenadas celestes han dictado para la -ahora- Cubícula Locanda toman su suelo y pretenden sentarse en él. La palabra arraigo proviene de la raíz, el enraizarse, y la Cubícula no ha nacido desde su propia raíz, sino que pretende encontrarla de manera provisoria en el lugar en que le toque asentarse. Para esto, considero indispensables dos puntos a tratar: uno que tiene que ver con sus apoyos y otro con las redes de abastecimiento.

A sobre los apoyos se puede aseverar, que el lugar donde la cubícula se asienta, en este momento, es un punto en CA, pero pronto se someterá a uno distinto, por lo que no se funda como un surco, será una permanencia efímera que, creemos, se desentraña en unos apoyos más bien puntuales que no tendrán conflicto en trasladarse junto a ella.
El lugar en que se asienta es con la arena y su impredecible deambular por culpa de su hermano viento. Es cambiante, de singular porfía, pero encuentra en el agua su mayor sosiego. Un primer esbozo de apoyo aparece junto a la idea de que sean regulables, para acomodarse a la pendiente en que se instalen (fig. 1,2), después se les atribuye la idea de una fundación estacionaria rellena con material del lugar mismo (fig. 3,4) , finalmente se les piensa desde su entierro en el terreno compactado.

Por esto, los apoyos propuestos son puntuales, unidos entre sí a través de viguetas de pino impregnado de 2 x 4”, y no se resisten a un futuro cambio de suelo como ya se ha señalado. Su instalación, a su vez, encuentra en el agua y el socavón a grandes aliados, puesto mediante esta simple técnica de pala y manguera nos fue posible confinar la arena tanto bajo como alrededor de unos simples apoyos de hormigón vibrado comprados en Aconcret.

B sobre las redes
Se puede señalar que están en la cercanía, pero es preciso traerlas al lugar a través del trabajo de maquinaria y mano de obra especializada.
Se establece además, que la cubícula, como habitáculo transportable, debe traer resueltas las redes de abastecimiento en su interior, de manera tal que no necesite más que de un arranque cercano al cual conectarse. Lo que quiero decir es que la Cubícula debe consolidarse como un producto autosuficiente en sí misma, de manera que al establecerse en cierto punto pueda, sin mediar inconvenientes, conectarse directamente a las redes que en éste se encuentren dispuestas para tal efecto.

2.2 vestimenta frente expuesto
El trabajo con las llamadas coordenadas celestes intersectadas con el lugar y las condiciones que le son propias, trae consigo la definición de un frente de singular trans
parencia y luminosidad que hay que aprovechar. Es el frente norte, de mayor fulgor así como el más húmedo por las lluvias que provienen de oriente. Estas dos coordenadas naturales -que el estar en el lugar nos entrega- requieren un cuidado especial en cuanto a la materialidad de la vestimenta: impermeabilidad y tamizado de la luz y el agua.
En cuanto a la impermeabilidad se cuenta con ventanales y puertas de aluminio y vidrio, que es un regalo de una nueva cualidad, “un recurso que libera y lleva a cabo el nuevo sentido del espacio interior” como una manera de volver permeable el traspaso del interior hacia la extensión en completitud, aunándolos como un todo, una vestimenta que viste al interior en su relación con la extensión.

A muro ventanales
- Materiales reutilizados: Ventanales de aluminio y fierros 70 x 30 mm..


El traspaso de una fachada a otra no puede descuidar como se las vincula. El muro curvo, como planteamiento, ofrece un desaplome contundente.
Si pensáramos la Cubícula en corte apreciaríamos la necesidad de completar el desaplome con la otra fachada. Mayor holgura interior al liberar el suelo y tenerlo netamente para el tránsito. Se está ante la extensión en forma ingrávida y, el espacio que se ha ganado bajo los pies, puede utilizarse para el guardado. Hemos amplificado el ancho tanto métrica como espacialmente.
Debido a la fragilidad inherente de los ventanales que conlleva que no puedan ser fijados por sí mismos a la estructura primaria, se toma partido por una estructura mixta, de pinos de 2x4”, los que trabajan como largueros para guiar cada ventanal, y una suerte de “pisadera” de fierro que se anexa a la “estructura chasis” para recibir al sistema “larguero-ventanal-larguero…” sistema que, por otra parte, se fija a la viga de cajón de modo directo, a través de sus largueros atornillados a ésta mediante tornillos tirafondo.

Este tipo de estructura propone un tercer tipo estructural de montaje que necesita de un elemento externo, anexado a la estructura chasis, para constituirse como panel.

A MODO DE CRÍTICA
Se evidencia que desaparece de cierta manera la idea de panel unitario, dando paso a un conjunto de unidades, lo que genera una mayor complejidad de armado. Algo que no se ve tan inalcanzable si logramos precisar cuál es su irreductible; en este caso proponemos la unidad mínima auto soportante que se pueda fijar tanto a la viga como al elemento externo (ej: ventanal y sus largueros estructurantes). Con esto mismo su apilamiento y su transportabilidad no debieran presentar problemas.
Por otra parte la estructura externa al ser de fierro y quedar a la intemperie necesitará de manutención.

Pero acaso la apreciación más importante está en el caso de cómo hemos interpretado la relación del interior con el exterior. Si bien he resaltado la cualidad o cualidades que viene a aportar el vidrio al frente expuesto, también debo identificar su falencia en cuanto al sector del habitar interno que viene a vestir: se trata del lado más íntimo, por lo que precisa de una nueva capa que tamice el contacto entre interior y exterior. Sostengo que a este frente se le ha otorgado la dermis de su envolvente, mas sólo dejará de sentirse desnudo mediante la implementación de su epidermis, es decir, su capa más superficial que matice este intercambio entre el interior y la extensión.

B muro puertas de aluminio
Genera la segunda arista de encuentro para el futuro módulo de cocina. Por lo tanto no debía apartarse de lo que dictaba el muro rasgado, perteneciente al frente opaco. Sin embargo debía encontrar su equilibrio como la transición entre un frente más bien hermético y otro que se abre a la extensión. Por esto, se decide otorgarle este vínculo mediante la repetición del desfase y los ángulos empleados en el muro rasgado y el posterior traspaso a la transparencia del vidrio con la postura de las puertas de aluminio para generar una continuidad con respecto a la fachada expuesta.



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